El desayuno será café con leche, sandía, jugo de naranjas, queso y jamón ibérico exquisito. Todo gracias a mis primos que, pese a mi reticencia, han hecho las compras pensando también en mí. Anita nos esperará en el Parque de Retiro, a partir de las 1030, así que dejamos el departamento con Caro cerca de las 10. Bajamos, y comenzamos caminando, pero esta caminata lleva un ritmo poco usual. Algo me dice que no caminaremos hasta encontrar a la amiga de mi prima... Mi cuerpo pide una tregua para intentar digerir la comilona de hace apenas 20 minutos, pero Caro me dice "comenzamos a trotar?". "Oh, no!" pienso, pero por mi boca sale un "dale!" y comienza el trote, apenas a 2 cuadras de distancia de lo que es hoy mi hospedaje. El tráfico está tranquilo por la avenida del Mediterráneo, y el Parque de Retiro queda a unas pocas cuadras, pero por más fuerza mental que haga, ningún semáforo complotará contra este trote poniéndose rojo para el peatón. En menos de 6 minutos estamos en el Parque. Bueno, en la periferia de el mismo. "Dónde nos espera Anita?". "En el Ángel Caído". "Mmmmm, espero que ese Ángel no quede tan lejos como sospecho" pienso, pero el poco aire que el proceso de digestión deja libre no es suficiente como para que yo pueda emitir alguna otra palabra.
Mientras bordeamos el parque, con sus verdes impecables, y su enrejado de 3 metros de altura, se ve mucha gente haciendo jogging por los senderos ya marcados seguramente por los mismos deportistas. Algunos viejos, a quiénes el físico ya no les permite trotar ni aunque quisieran, se sientan en los bancos a leer el periódico plácidamente.
10.20 estamos en el Ángel Caído, una estatua de una fuente situada medio kilómetro parque adentro. De Anita, ni señales, así que yo aprovecharé para tomar aire, elongar piernas, espalda, hasta dedos!, y dejar que ese jamón avance un poco en mi sistema digestivo. 10.32, voy y vengo de un lado al otro, alrededor del ser celestial, observando los deportistas, la gente pasear y el personal de mantenimiento del parque. Finalmente, cerca de las 10.40 se ve a la distancia, una figura femenina cuyos movimientos enérgicos asustan. Es Anita! Y ahora puedo decir que "se juntaron el hambre y las ganas de comer". Mamita!!! Ya me estoy arrepintiendo del momento en el que acepté venir a trotar con estas dos maratonistas!!! Van a ser 40' de trote a un ritmo importante, que se amenizan viendo el espectacular partque por dentro, el que tiene, entre otras cosas, el Palacio de Cristal, una estructura de hierro y cristal situada en los Jardines del Retiro. El recorrido aleatorio termina cerca del Lago, donde hay dos cafés en los que las chicas suelen sentarse a beber un café al final del ejercicio. Esta vez, ambos estarán cerrados debido a las vacaciones y nos conformaremos con volver a casa a almorzar (al menos no trotando), mientras yo recobro mi aliento. Justamente en el lago, está instalado un set de grabación, donde se filma una escena de unas personas remando en un pequeño bote. Disminuimos la velocidad de nuestro paso, para darle un poquito de lugar a nuestro cholulismo y también conocer un poco cómo se hacen las películas. Anita retoma el camino que la devolverá a su casa.
Luego de una ducha refrescante y un rápido almuerzo, estamos listos para volver al ruedo. El plan es conocer el estadio del más "humilde" de los equipos madrileños: el del Atlético de Madrid. Antes pasearemos un poco por el centro, donde aún se ve "la resaca" de la Jornada Mundial de la Juventud que se terminó justamente 1 día antes de que yo llegue a la ciudad: vallas en las calles y lugares públicos, jóvenes con altoparlantes cantando (probablemente) canciones religiosas en los más variados idiomas, banderas, remeras y la popular mochila naranja, roja y negra que los "colaboradores" han adquirido. A la gente que se ha quedado trabajando en la ciudad todavía le dura la indignación de la visita del Papa.
Nos movemos con el metro, donde en una de las paradas sube un hombre con el peor olor a sobaco de toda Europa. Nosotros estamos como a 3 metros del tío, pero la esfera de olor es tan enorme e intensa, que nos sumerge en la desagradable baranda. Es el peor olor que sentiré en todo el viaje y probablemente en toda mi vida. Por suerte, desciende a unos pocas paradas.
La popular Puerta de Alcalá se nos cruzó en el camino |
En el camino, para calmar la sed que está dando este día tórrido y el trote matinal y también para hacer un poco de tiempo, nos tomamos unas cañas en la taberna Tirso de Molina, un bar de estilo clásico, todo de madera por fuera, y por dentro con sus choperas cromadas, la barra también de madera lustrada y vitrales en los techos. Un nivel tremendo el nuestro!.
La taberna Tirso de Molina, tan clásica como pintoresca. |
Restaurantes con pinturas en los azulejos exteriores. Este ofrece espectáculo de flamenco en vivo. |
Mientras caminamos en dirección del Vicente Calderón, yo me detengo a hacerle fotos a los pintorescos restaurantes, que tienen por fuera madera y azulejos pintados. Claro, mi prima no se divierte tanto como yo, pero ahora comprende que sacar fotos es para mí casi una necesidad.
Callejuelas de Madrid |
Finalmente en el estadio, nos recibe una escalera con alfombras negras que dirige hacia el interior. La misma se ha despegado en uno que otro escalón y podría causar un accidente a cualquier distraído. Mi primera impresión es bastante poco "europea". Al ir a la boletería, nos damos con 2 jóvenes "gallegas", que no están tan bonitas, pero su acento me puede. Nos dicen que a las 1630 larga el tour por el estadio, que está incluido en el precio, pero hay que coincidir en el momento que comienza para tomar parte. Como falta una media hora, nos distraemos en el gift shop, que parece más sudamericano que otra cosa, con su contrapiso. Volvemos para finalmente entrar al museo, donde podemos ver el historial del club, bastante humilde a decir verdad, con más momentos tristes que de gloria. Sus copas, las camisetas y la Europa League 2010 y Supercopa Europea 2010 como los trofeos más grandes ganados recientemente. Forlán, sin duda la figura del club, me permite sacarme una foto con él. Es de cartón, pero le pongo onda.
Los logros del Aleti en la vidriera |
Forlán y yo, cuando aún éramos amigos. Le estoy recriminando un pase que no me dio allá por el 2007. |
Para mi, esto es una revancha por los estadios de la Fiore y el Valencia. De repente, la misma vendedora de la entrada dice "por favor, me siguen para hacer el tour". Es ella quién lo va a dar! y no parece llegar a los 18 años. En el recorrido por las tribunas, nos detenemos de tanto en tanto, y ella hace algún comentario acerca de la historia del club, pero en muchos momentos se nota que tuvo que memorizarse las líneas. Hay una pareja yankee que se pasea con las bolsas de Real Madrid, y que no entienden una palabra del español, por lo que se conforman con mirar el estadio. A veces, nuestra guía intenta explicarles algo en inglés, pero deja muchísimo que desear. Mi prima y yo intentamos levantarle el aplazo al tour para esta gente, pero creo que no habrá manera de salvar "ese muerto". Igual, la guía se merece una foto conmigo ja.
"Está bien, te perdono que no puedas explicar algunas cosas en inglés" |
Pasaremos por la sala de conferencia de prensa, donde mi prima me contratará para jugar en el club; veremos el vestuario, donde nuevamente el casillero de Forlán se lleva toda la atención y terminaremos saliendo al museo, donde justamente se proyecta un pequeño corto en una sala. Lo vemos, porque queremos aprovechar cada euro que ha valido la entrada, y justo sobre el final llama Gabriel, quién ya está tomándose un café en el bar, esperando por nosotros.
Cerrando el trato con el Aleti, para jugar un añito en Madrid... Me encantaría! |
Todos los trofeos del club |
El plan es pasear un poco en "coche" por la ciudad. Salimos por la calle 30, bordeando el río Manzanares que cruza la ciudad, pasando por debajo de la platea del Vicente Calderón, y pronto tomamos el Paseo de la Castellana, en dirección norte, pasando primero por el Estadio Bernabeu del Real Madrid, luego por la Plaza de Castilla, donde está el Obelisco de Madrid y las torres Kio (esas de arquitectura extraña, inclinadas hacia la avenida); hasta llegar a las Cuatro Torres Business Area, un parque empresarial donde están los edificios más altos y modernos de la ciudad. Acá pegamos la vuelta y Gabriel sugiere ir a ver un "verdadero estadio".
El Santiago Bernabeu, enorme y atractivo. |
Las Torres Kia, desde el Paseo de la Castellana. |
Una de las torres, sobre mi cabeza, aunque no se aprecie en la foto. |
Las Cuatro Torres del Business Area |
Nos detenemos casi al frente del Gift Shop del Bernabeu, y es ahí donde entramos. Puedo decir que estoy boquiabierto por el merchandising de este club: se ven extranjeros (sobre todo asiáticos) comprando cualquier item con el logo del Real. Mucha gente, mucho movimiento, muchísimos artículos, desde los más obvios hasta los más absurdos. En un momento, se acerca un promotor a acercarnos una promoción, que por unos 50€ anuales te hacés "madridista", y "de regalo" te dan entradas para visitar el estadio y el museo y para ver el partido de mañana por la noche contra Galatasaray por la copa Santiago Bernabeu. Suena bien, y el tipo es muy insistente, aunque nos entusiasma, da para pensarlo. 50€ no es poco, pero también es una oportunidad casi única. Después de darle una vuelta completa al shopping de 2 pisos, y mientras escucho las historias de los sobrinos de Gabriel (se nota que los adora), quiénes también son fanáticos del Real y han venido al estadio alguna vez con su tío, yo estoy casi decidido a desembolsar ese monto, pero Gabriel no quiere que yo venga al estadio solo. Luego de discutir, Caro y Gaby llegan a la conclusión de que ellos también se harán madridistas, y que Caro me regalará la afiliación al club, como obsequio de cumpleaños. Yo insisto en que no hay ninguna necesidad, y que puedo absorber el caso, pero termina siendo un presente. Llenamos todos los formularios y, contentos, recibimos nuestros vales.
Se nos ha pasado el día, son más de las 2030 y es hora de volver a casa. A mi me está pasando factura el trote de la mañana y no me parece mala idea volver a casa a comer algo y acostarnos. El plan de mañana es también deportivo, pero con bici. Eso sí que va a estar bien. Por ahora, es momento de ir a soñar con un estadio del 1er mundo repleto y un lindo espectáculo con mis primos.